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Cirugía Hombro

Disfunción escapular o ''Enfermedad de la Escápula''

Ese culpable oculto del Hombro Doloroso Crónico

La escápula es el hueso que une el brazo al tronco y proporciona un soporte estable y firme a toda la extremidad superior para realizar los movimientos en los tres planos del espacio. La unión de la escápula al tórax, la denominada articulación escapulotorácica, se realiza mediante un conjunto de músculos denominado cintura escapular, los cuales funcionan de manera sincronizada con todos los movimientos que efectúa el brazo-codo-mano, estableciéndose así una cadena cinética coordinada y eficaz.

La discinesia escapular se define como el movimiento anormal y desincronizado de la escápula en relación con el hombro-brazo, estableciéndose patrones anormales de movimiento y alterando la posición de la escápula al efectuar movimientos del hombro.

Este desequilibrio en el funcionamiento de la musculatura estabilizadora de la escápula, en especial de los músculos trapecio, serrato anterior y romboides, termina produciendo dolor, fatiga y contracturas en el hombro, en la zona cervical y en otros puntos de la columna.

La discinesia escapular tiene también como consecuencia la sobrecarga del resto de las estructuras del hombro, en especial el manguito rotador, la capsula articular, los ligamentos glenohumerales y la articulación acromioclavicular, las cuales deben suplir la función deficitaria que debería proporcionar la escápula y sus músculos estabilizadores escapulotorácicos.

Las manifestaciones clínicas de la discinesia escapulotorácica son muy variadas, dependiendo de las actividades físicas que desarrolle el paciente. Muy frecuentemente se establece un dolor crónico en forma de contractura alrededor de la escápula, sobre todo cuando se realizan movimientos repetidos con el hombro-brazo; así mismo se manifiestan las sobrecargas tanto del manguito rotador como de la propia articulación del hombro, en forma de dolor en la parte anterior del hombro-brazo o de fatiga precoz al efectuar tareas repetidas que incluyan elevaciones de los brazos, manipulaciones, etc.

Un dato importante es que no existe ninguna prueba de imagen, ni ecografía ni resonancia, que objetiven este mal funcionamiento de la escapula y su diagnóstico se basa única y exclusivamente en el criterio clínico, a partir de la exploración por parte del médico o fisioterapeuta. La experiencia clínica indica que no se puede valorar un cuadro de hombro doloroso crónico sin tener en cuenta ni explorar la cintura escapular, en especial el ritmo escapulotorácico cuando el brazo efectúa movimientos de elevación-separación y rotaciones en los tres planos del espacio.

La discinesia escapulotorácica o “escápula enferma” puede presentarse de varias formas:

  • En relación con sobrecargas funcionales, esfuerzos mantenidos por tareas excesivas que incluyan elevaciones repetidas de los brazos, entrenamientos deportivos mal dirigidos, etc. que induzcan patrones anormales de movimiento del hombro.

  • Como consecuencia de lesiones del propio hombro: roturas de manguito rotador, capsulitis retráctil, luxación acromioclavicular, fractura de clavícula, etc.

  • De manera secundaria a lesiones de la columna cervical, sea alteraciones artrósicas o hernias discales con compresión nerviosa

  • Muy frecuentemente derivadas de mala postura, hombros caídos o deformidad en “cuello de gallina” relacionadas con el trabajo sedentario.

Su tratamiento es ciertamente especializado, habitualmente fisioterapéutico, y debe incluir no solo la causa primaria sino también una rehabilitación específica de los músculos estabilizadores de la escápula unida a la corrección de los patrones anormales de movimiento.